
Como un “regalo” de Nochebuena este año, publiqué la primera parte de una serie de dos partes sobre la energía nuclear. El público al que se dirige es al puertorriqueño que, en estos días, tiene ese tema como uno de los centros de discusión en las esferas políticas. El propósito de esta serie es educar al público boricua y el hispanohablante en general en torno a la energía nuclear.
He escuchado demasiados argumentos en contra de la energía nuclear que son falsedades, y gente que respeto mucho, desgraciadamente, las repite. Por ejemplo, se dice que la energía nuclear es “peligrosa”, pero no llevan a cabo ninguna evaluación de riesgo (riesgo y peligrosidad son dos nociones distintas): sí, el combustible nuclear es peligroso, pero, irónicamente, es de los menos riesgosos. De hecho, la energía nuclear es de las energías más seguras … más segura que las hidroeléctricas … más segura que la energía eólica … más segura que la geotermal, y solamente es superada (por un escaso margen) por la energía solar. Se dice que la construcción de plantas nucleares emite mucho CO2, pero cuando se toma el tiempo de vida (de construcción a decomisión) de las fuentes energéticas, la nuclear es la que menos emite CO2, de todas y cada una de las energías (incluso la solar). Se dice que la energía nuclear es “política extractivista”, porque hace falta extraer el combustible de la tierra mediante la minería (como si los paneles solares, las turbinas eólicas y las baterías provinieran del cielo); pero resulta que la energía nuclear, por su alta densidad energética, su intensidad minera es menor que la de cualquier otra fuente de energía, incluyendo eólica y solar (en mi presentación discuto los números). Se dice que no ha habido ninguna novedad significativa en la energía nuclear, cuando la evidencia sugiere exactamente lo contrario; de hecho, parte de lo que argumentaré en la segunda parte (perdonando la redundancia) es que uno de los grandes problemas de la energía nuclear (y sus altos costos) es precisamente su asombrosa y maravillosa innovación. Mucha gente rechaza la energía nuclear debido a la “peligrosidad” (otra vez, sin evaluar riesgo) de los llamados “desperdicios” nucleares; pero, como muestro en la presentación, los residuos nucleares son precisamente el mayor beneficio cuando se compara con todas las fuentes energéticas, ya que es ínfima. Espero que esta presentación sea iluminadora para muchos que están interesados en este asunto.
Otra cosa que hago, y que es inusual cuando tratamos el asunto energético, es vincular la provisión de energía a los temas de la justicia social y la pobreza. Aquí inicio la exposición de lo que llamo la “física de la dignidad“. La dignidad es un concepto ideal de valor a la humanidad como fin en sí (como diría el filósofo Immanuel Kant); todo lo demás, la economía, el capital, la tecnología, las leyes y el Estado, tienen un valor instrumental para beneficio de la humanidad y de los ecosistemas. Sin embargo, para actuar para beneficio de la humanidad y los ecosistemas, debemos tener en cuenta la cantidad de materia y energía disponible que hacen viables sistemas que respeten la dignidad humana, maximicen la libertad hasta lo razonable (i.e., el principio de no-daño) y se mantenga un estado de derechos. Además, sugiero que la filosofía ecomodernista es la mejor manera de actuar según estos principios éticos, pero siendo, a la vez, pragmáticos a la hora de alcanzar la meta de salvar vidas humanas, proveernos calidad de vida y conservar los ecosistemas lo mejor posible. En mi presentación, sugiero que la energía nuclear nos permite actuar mejor como humanidad según este marco conceptual, debido a que nos facilita el desacoplamiento de la naturaleza (es decir, la explotamos lo menos posible en diversos renglones) y, simultáneamente, provee abundantísima energía para enriquecer a la población mundial y ayudar a los más necesitados, incluyendo a los que viven en pobreza y miseria.
Espero que les guste la presentación.
Pueden descargar las presentaciones, las hojas de presentación y mi artículo de “Energía y justicia social” publicado en El Nuevo Día usando este código QR o yendo a la dirección URL provista:

https://drive.proton.me/urls/0VTRB661DW#XBmhMYmOo5i4
Recuerden que todas mis presentaciones incluyen la sección de referencias o bibliografía al final.
FE DE ERRATAS:
Durante la presentación muestro algunas erratas que se me quedaron de la presentación; ya han sido corregidas. Otro de los errores consistía en la representación química del dióxido de carbono; coloqué el “2” como exponente del oxígeno, en vez de colocarlo como subíndice. Esto también ha sido corregido. Otro problema es que el vídeo comenzó con mi micrófono apagado. Esperen algunos minutos y podrán escucharme.
