El Partido Independentista Puertorriqueño, ¿un partido comunista?

Logo del PIP con símbolo de comunismo entre signos de interrogación
  1. Malos entendidos de ciertas personas en las redes
  2. ¿Es el PIP comunista o no?
  3. La socialdemocracia en general
    1. ¿Qué es la socialdemocracia?
    2. Ejemplos de países socialdemócratas (y no … ni Cuba, ni Nicaragua, ni Venezuela son socialdemócratas)
  4. Breve historia del PIP y cómo llegó a ser socialdemócrata
    1. Fundación del PIP
    2. La fase socialista democrática
    3. La fase socialdemócrata
  5. Los vínculos internacionales del PIP
  6. ¿Y qué hay de la condena del PIP a las elecciones de Venezuela? ¿No son los líderes del PIP “amigos” de Maduro?
  7. Conclusión
  8. Referencias

Resumen:

  • La socialdemocracia es una tendencia política de centro-izquierda que asume el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), no el comunismo.
  • La socialdemocracia tiene el capitalismo como marco y base de la actividad económica y no consiste en la privación de la propiedad privada, sino en un estado-benefactor que regule fuertemente la economía y redistribuya la riqueza para el bienestar de la población.
  • Asimismo, la socialdemocracia por la que aboga el PIP estipula claramente su operación en un estado de derechos, en el marco de una forma republicana de gobierno, de frenos y contrapesos, y una actividad electoral que involucre múltiples partidos con distintas visiones políticas.
  • Hay países actuales socialdemócratas que son tan prósperos como Estados Unidos y más prósperos que Puerto Rico, y que tienen mayores índices de libertad individual (incluyendo libertad económica para hacer negocios) que Estados Unidos y Puerto Rico.
  • Los puntos anteriores significan que el PIP no es un partido marxista o comunista.
  • Las propuestas del programa de gobierno del PIP son consecuentes con un ideal socialdemócrata.
  • La Internacional Socialista (IS), de la que el PIP es parte, no es una organización comunista.
  • La Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina (COPPPAL) de la que el PIP es parte, tampoco es una organización comunista, aunque sí incluye algunos partidos que lo son, pero también incluyen los de oposición y de otras perspectivas políticas.
  • Las declaraciones recientes del candidato a la gobernación por el PIP, Juan Dalmau, denunciando el proceso electoral de Venezuela, son consistentes con la posición oficial de la IS y también de la COPPPAL.

Malos entendidos de ciertas personas en las redes

En las redes sociales, se ha querido poner en duda la reputación del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), en gran medida por retratos que presentan a sus líderes compartiendo o tomándose fotografías con personajes políticos no bien vistos en Puerto Rico y otros países, tales como Hugo Chávez y Nicolás Maduro de la República Bolivariana de Venezuela, Daniel Ortega, presidente sandinista de Nicaragua, Fidel Castro, Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel, del gobierno cubano, entre otros. A la duda, abonan ataques maliciosos de adversarios políticos de PIP, que, a mi juicio, todavía viven en la Guerra Fría, que señalan cualquier cosa que proponga el partido como “medida comunista”. Por ejemplo, si Juan Dalmau, candidato a la gobernación por este partido, les pide a los medios que no les den pauta a anuncios políticos partidistas durante un debate, eso se interpreta como un esfuerzo “comunista” de censurar a los medios “como hace Maduro”. No se interpreta como una petición razonable para que el público se concentre en las propuestas de los distintos candidatos, en vez de a anuncios diseñados para impresionar y manipular al público.

En general, estos alegatos de que el PIP es un partido comunista proceden de sectores de derecha reaccionarios del estadoísmo puertorriqueño o del Partido Nuevo Progresista (PNP). Para mi sorpresa, la repetición de estas afirmaciones por todos los medios ha socavado la confianza de algunas personas durante un periodo atípico electoral.

En este blog, he sido muy crítico del PIP. No estoy de acuerdo con su visión de la agricultura, y he denunciado explícitamente su demonización del glifosato, su condena a los transgénicos, y su oposición a la energía nuclear en Puerto Rico (que el representante Denis Márquez ve como un “crimen ambiental”). Ahora bien, tampoco hemos pensado dos veces de desmentir algunas leyendas urbanas que se han propagado alrededor de la figura del presidente del PIP, Rubén Berríos Martínez, especialmente la mil veces desmentida noticia de que tiene una mansión en Florida, Estados Unidos.

Déjenme poner mis cartas sobre la mesa en aras de la honestidad. Soy independentista, pero no soy miembro del PIP en estos momentos, ni del Movimiento Victoria Ciudadana. Tengo amistades que militan en ambos grupos. Milité por bastante tiempo en el PIP, y conservo buenas relaciones con muchos de ellos. Conozco bien a Juan Dalmau, quien es una persona de excelente carácter y con capacidad política para los puestos a los que aspira. También trabajé un documento por encargo de Humanistas de Puerto Rico que tenía como fin dar a conocer unas propuestas al Movimiento Victoria Ciudadana cuando trabajó en su programa de gobierno para las elecciones del 2020. Además, he tenido amistades de todo el espectro político, pero no me caso con ninguno de los movimientos o partidos políticos. Asimismo, les enfatizo la filosofía ética y política del blog, que es explícitamente afín a la socialdemocracia, algo que, como veremos, es la filosofía social, política y económica del PIP.

Aclaro que aquí expondré estrictamente lo que la evidencia documental y de otra índole nos dice en torno a los ideales del partido:

  • El punto del artículo no es evaluar la coherencia de la perspectiva sociopolítica o económica del PIP.
  • Tampoco voy a evaluar si la independencia es viable para Puerto Rico o no (esa sería otra discusión).
  • No voy a evaluar si la manera en que se conduce el PIP internamente es buena o no, o si es consecuente con su visión política para Puerto Rico.
  • No voy a evaluar desde un punto de vista ético, sino solamente político, las asociaciones del PIP con gobiernos autoritarios como los de Ortega, Maduro o Díaz-Canel. Solo expondré las razones políticas de ello. Les dejaré a mis lectores su juicio final al respecto.

Sobre todos estos puntos, se pueden hacer toda una serie de críticas válidas en torno a esa organización. Ahora bien, la pregunta que me voy a hacer tiene que ver más bien con cuál es la ideología real del PIP es la siguiente …

¿Es el PIP comunista o no?

Respuesta corta: NO. El PIP NO es una organización comunista, sino socialdemócrata.

Respuesta larga:

Hablar de socialdemocracia como una suerte de socialismo hace que, para los oídos puertorriqueños, suene mucho a comunismo. Efectivamente, Rubén Berríos, Fernando Martín, María de Lourdes Santiago, Denis Márquez, Juan Dalmau, entre otros líderes, son socialistas, pero en el sentido de que son socialdemócratas.

La socialdemocracia en general

El puño con la rosa, símbolo de la socialdemocracia
El puño con la rosa, símbolo de la socialdemocracia.

¿Qué es la socialdemocracia?

He aquí la definición que da el filósofo David Miller de la socialdemocracia:

La idea de la socialdemocracia se usa actualmente para describir una sociedad cuya economía es predominantemente capitalista, pero donde el estado actúa para regular la economía en aras del interés general, provee beneficios fuera de este e intenta altera la distribución del ingreso y la riqueza a nombre de la justicia social (Mi traducción).

Es decir, la socialdemocracia es una suerte de socialismo, pero que tiene como base el sistema capitalista o de libre mercado, mientras que mantiene unos controles importantes de la economía, un sistema benefactor fuerte para los más pobres, protege a los trabajadores, y sostiene en manos del estado corporaciones e instituciones consideradas esenciales tales como las que administran la electricidad, la distribución del agua, la internet, los servicios de salud, la educación, entre otros.

Contrario al comunismo soviético y de otras modalidades parecidas, la socialdemocracia sostiene como uno de sus pilares la configuración de un estado de derechos y un sistema electoral de múltiples partidos políticos de diferentes ideologías políticas. De esta manera, la socialdemocracia valora el voto dentro del ámbito de un sistema de frenos y contrapesos que garantice el soporte de dicho estado de derechos.

Contrario a otras formas de socialismo, la socialdemocracia no busca abolir el capitalismo, sino hacer que este sea más funcional para el público. Otras formas de socialismo, como el marxismo-leninismo que es típico de los países comunistas (como es el caso de Cuba o la Unión Soviética), buscan abolir el sistema capitalista mediante una revolución proletaria y la expropiación de los medios de producción social para que produzcan para los trabajadores (la socialización). Típicamente, este tipo de socialismo establece un sistema de partido único representante de la clase proletaria, lo que se presta al autoritarismo.

En el caso de los movimientos socialistas democráticos (que rechazan la vía comunista o marxista leninista), se busca más bien fomentar los negocios pequeños y medianos, las cooperativas, los negocios cuyos empleos sean de los trabajadores, y la descentralización de la economía. Esto lo hacen conservando un sistema de gobierno democrático que fomente la democracia proletaria.

En cambio, la socialdemocracia no descarta las aspiraciones socialistas democráticas, pero no rechaza de plano el sistema capitalista o el empleo de las corporaciones como instrumentos de producción de riqueza. Sí, postula que deberían existir unos debidos controles y redistribución de la riqueza para que funcione en favor de los trabajadores y los más necesitados.

En ese sentido, la socialdemocracia se ve como proponente de un sistema mixto de capitalismo y socialismo, y, en el espectro político, se puede describir como de centro-izquierda.

Ejemplos de países socialdemócratas (y no … ni Cuba, ni Nicaragua, ni Venezuela son socialdemócratas)

Por supuesto, en Puerto Rico, la palabra “socialismo” se asocia con Cuba y Venezuela. Sin embargo, ninguno de estos dos países es socialdemócrata. Al contrario, les voy a mencionar unos países que tienen un sistema económico socialdemócrata que se conoce como las economías nórdicas:

  • Noruega
  • Suecia
  • Finlandia
  • Islandia
  • Dinamarca

Notemos que entre estos países, se encuentran los más prósperos del mundo. Las siguientes cifras son del Producto Doméstico Bruto (PDB) per cápita, teniendo en cuenta Paridad de Poder Adquisitivo (PPP por sus siglas en inglés), cifras del Banco Mundial (2021 y 2023):

PDB per cápita por país
PDB per cápita por país. Datos del Banco Mundial. Licencia: CC-BY 4.0 Int.

Estos no son gobernados por regímenes “opresores”, sino que son estados de derechos. Tanto es así que varios de estos países forman parte de los primeros diez países más libres del mundo. De acuerdo con el Índice de Libertad Humana del 2023 (que mide tanto la libertad personal como la económica), estos son los primeros diez países más libres (cuanto mayor el puntaje, más libres los individuos son, Vázquez et al. 2023, 5, énfasis en países socialdemócratas):

  1. Suiza (9.01)
  2. Nueva Zelanda (8.88)
  3. Dinamarca (8.83)
  4. Irlanda (8.79)
  5. Estonia (8.75)
  6. Suecia (8.75)
  7. Islandia (8.73)
  8. Luxemburgo (8.71)
  9. Finlandia (8.70)
  10. Noruega (8.58)

Estados Unidos, junto al Reino Unido y Lituania, ocupa el lugar número 17 (8.39). Quiero recordar que este índice lo publican el Instituto CATO y el Instituto Fraser, que son de inclinación libertaria de la derecha política de Estados Unidos y Canadá, promotoras del capitalismo y del libre mercado; no son organizaciones inclinadas ni remotamente hacia el socialismo o comunismo.

Si vemos el Índice de Percepción de Corrupción a nivel mundial, los países socialdemócratas (o bien cercanos a ese sistema) típicamente son percibidos como los más limpios. De acuerdo a Transparencia Internacional, que define “corrupción” como un abuso de poder que usa de bienes públicos para fines privados, cataloga así a los primeros diez países percibidos como los más limpios (cifras del 2023, énfasis en los países socialdemócratas):

  1. Dinamarca (90)
  2. Finlandia (87)
  3. Nueva Zelanda (85)
  4. Noruega (84)
  5. Singapur (83)
  6. Suecia (82)
  7. Suiza (82)
  8. Holanda (79)
  9. Alemania (78)
  10. Luxemburgo (78)

Estados Unidos ocupa el lugar 24, con un puntaje de 69.

Cuando se consultan varias autoridades (por ejemplo, esta) en cuanto a cuáles países facilitan más la inversión, permiten crear negocios, son competitivos, etc., no importa la metodología, típicamente se incluyen a algunos países socialdemócratas entre los primeros diez.

Si vemos los diez países más felices del mundo del 2021 al 2023, según el World Happiness Report, encontramos (mayor puntaje, más feliz):

  1. Finlandia (7.741)
  2. Dinamarca (7.583)
  3. Islandia (7.525)
  4. Suecia (7.344)
  5. Israel (7.341)
  6. Holanda (7.319)
  7. Noruega (7.122)
  8. Luxemburgo (7.122)
  9. Suiza (7.060)
  10. Australia (7.057)

Estados Unidos se encuentra en el lugar 23 (6.725).

Recuerdo también que la socialdemocracia tuvo un rol crucial a la hora de desarrollar los diversos países europeos para aumentar su nivel de prosperidad y democracia. Por ejemplo, uno de los factores que ayudaron a configurar la democracia española (en la forma de monarquía constitucional) tras la caída de la dictadura de Francisco Franco fue el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). De hecho, según los historiadores Julián Casanova y Carlos Gil Andrés, el triunfo electoral del PSOE (sí… un partido socialista) en 1982 selló de una vez la democracia española. Otro caso: ahora mismo, el primer ministro del Reino Unido es precisamente del Partido Laborista, un partido socialdemócrata, que ha estado varias veces en el poder y que ha contribuido a mejorar las condiciones de vida de los británicos.

En muchos países del mundo, hoy día muy prósperos, la socialdemocracia ha jugado un rol hasta tal nivel de que, fuera de los países nórdicos, hay otros que se consideran también economías que tienen algunas áreas que pueden verse como socialdemócratas, aunque con mayor base en el capitalismo, tales como: Alemania, Holanda, Francia, Canadá, Bélgica, Irlanda, Nueva Zelanda, entre otros. Muchos de estos países tienen una estructura muy fuerte de estado benefactor, regulan la economía, establecen enseñanza gratuita hasta la universidad y proveen un sistema de salud universal (usualmente mixto). Puedo continuar dando ejemplos, pero el punto ya ha sido muy bien establecido.

Todo lo anterior (y más que no tengo espacio para discutir) desmiente a muchas personas en los medios que quieren sembrar miedo al PIP diciendo que es “socialdemócrata”, y que toda socialdemocracia desemboca en el comunismo. Eso es históricamente falso. El que el PIP sea un partido socialista, en el sentido de que es un partido socialdemócrata, lejos de convertirlo en una organización comunista, lo vincula más a los movimientos políticos que llevaron a la prosperidad y a niveles de libertad a poblaciones de otros países. Los valores políticos del PIP, aunque coincidan con algunos aspectos del socialismo comunista de ciertos países, se apartan de una manera muy importante de los tipos de socialismo promovidos por Maduro en Venezuela o Díaz-Canel en Cuba. Esto se verá más claramente en las secciones subsiguientes.

Breve historia del PIP y cómo llegó a ser socialdemócrata

Propaganda del PIP para las elecciones de 1976
Propaganda del PIP para las elecciones de 1976

Fundación del PIP

Lo que diré es virtualmente lo básico que se conoce en la historia de Puerto Rico, pero que a mucha gente se le olvida. Durante la década de 1930 y comienzo de los 1940, Puerto Rico estuvo inmerso bajo dos estragos bien importantes. El primero fue la Gran Depresión surgida en 1929, y el segundo, la Segunda Guerra Mundial, que comenzaría en el último año de dicho periodo. Afortunadamente, Puerto Rico no sufrió ningún efecto directo de la guerra, pero sí de la crisis económica que conllevaba. La inefectividad del partido entonces gobernante en Puerto Rico (Partido Liberal), en las elecciones de 1932, los puertorriqueños optaron por elegir mayoritariamente a la legislatura a una coalición que consistía en la Unión Republicana liderada por Rafael Martínez Nadal y el Partido Socialista, que había sido fundado por Santiago Iglesias Pantín. Análogo resultado sucedió en 1936, en parte, debido a una división del partido rival, del que hablaré más adelante. Antonio R. Barceló, líder del Partido Liberal, murió en 1936, e Iglesias Pantín, en 1938. El Partido Republicano sufrió también unas facciones a finales de los años 1930s.

Vale señalar que en 1936, se radicó en el Congreso de los Estados Unidos un proyecto de ley conocido como el Proyecto Tydings, que posibilitaba la opción de la independencia para Puerto Rico, pero bajo unas condiciones económicamente desfavorables para los habitantes e inaceptables para los independentistas de aquel entonces. Eso llevó a que en ese mismo año hubiera una discusión en el Partido Liberal en torno a cuál debía ser la postura para las elecciones de ese año. Esta situación provocó que un líder joven, Luis Muñoz Marín, se desprendiera de la organización y creara un movimiento llamado Acción Social Independentista, que, posteriormente, se convertiría en el Partido Popular Democrático (PPD). En 1940, dicho organismo tuvo sus primeros triunfos cuando pudo ocupar 18 de los 39 escaños en la Cámara de Representantes, algo inesperado por parte de los políticos puertorriqueños. El PPD claramente se inspiraba en los movimientos socialistas del momento. El rojo era símbolo del socialismo precisamente, la cabeza del jíbaro era la del trabajador de esa época y la frase “pan, tierra y libertad” no deja margen de duda.

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, el triunfo del PPD a nivel electoral en 1944 y la radicación del Proyecto Tydings otra vez en 1945, Muñoz Marín decidió que la independencia no iba a ser opción institucional del PPD. Asimismo, institucionalmente dejó atrás el camino socialista que estimulaba a sus miembros y optó por un capitalismo de atracción de capital estadounidense, pero, a su vez, con unos mecanismos de estado benefactor e intervención del gobierno en la economía. Tales rumbos, especialmente el abandono de la aspiración a la independencia, llevaron a otro líder, Gilberto Concepción de Gracia, a salir de las filas del PPD y fundar el PIP en 1946.

Años más tarde, después de la ratificación de la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico (1952), denunciado por colonial por el independentismo en general, el PIP se convirtió, por un término de cuatro años, en el segundo partido de mayoría, pero desde 1956, se volvió en el tercer partido hasta el año 2020.

La fase socialista democrática

En 1968, murió Concepción de Gracia, y le sucedió por un tiempo un triunvirato, del cual terminaría Rubén Berríos Martínez como presidente en 1973 hasta el día de hoy. Durante el comienzo de su presidencia, a los inicios de los años 1970, se notó un giro dramático hacia el socialismo. Ideológicamente, convivían dos tendencias importantes, una socialista democrática (posición de Berríos) y la otra, de tendencia marxista, que formaba parte del Movimiento Pro Independencia (MPI). Ante conflictos que se dieron dentro del partido, los independentistas marxistas lo abandonaron y fundaron el Partido Socialista Puertorriqueño (PSP), organización que se abstuvo de las elecciones en 1984, y que se terminó disolviendo en 1993, dando paso al Nuevo Movimiento Independentista.

Escudo del Partido Socialista Puertorriqueño
Escudo del Partido Socialista Puertorriqueño (PSP).

Después de ese desprendimiento, Berríos publicó un libro, Hacia el socialismo puertorriqueño, donde plasmaba un sistema económico que él favorecía, una suerte de socialismo democrático adaptado a la realidad de los puertorriqueños. En esta pequeña obra, Berríos hizo un énfasis en programas para propiciar la creación de empresas pequeñas y medianas, además de fomentar formas de democratización económica y un sistema democrático y republicano de gobierno.

Aunque hoy es difícil conseguir la obra ya mencionada, en su próximo libro, La independencia de Puerto Rico: Razón y lucha (1983), tenía una sección donde hablaba de su aspiración a que Puerto Rico fuera una “República Democrática y Socialista”. Con la independencia, se alcanzaba la democracia política y nacional, y con el socialismo democrático, la democracia económica. Pero, para que quedara claro que, cuando hablaba de socialismo, no se refería a ninguna modalidad de marxismo, vemos en algunos de sus discursos publicados en este libro, las siguientes declaraciones:

Nosotros concebimos el socialismo puertorriqueño como un socialismo de profundo entronque democrático. En Puerto Rico no existe una democracia verdadera, y nosotros queremos una democracia verdadera para Puerto Rico. Esto quiere decir que el pueblo, en la República Socialista y Democrática de Puerto Rico, tenga garantizado su derecho a participar en los procesos que afecten su vida. Que haya una plena participación en el proceso de decisión y, además, que haya un pleno respeto a los derechos individuales del ser humano. Que en nuestra República, cualquiera pueda expresar su opinión, no importa la discrepante que sea su idea, y que no esté sujeto a los insultos ni a los desmanes de unos cuerpos políticos que le nieguen ese derecho.

Tenemos una gran ventaja sobre otros países socialistas, y es que estamos desde la lejanía sobre la historia. No tenemos porqué [sic.] cometer los errores que han cometido los socialistas en otras partes del mundo…. [D]efinitivamente, hay algunos países que se definen como socialistas, muchas cosas que debemos evitar porque no nos gustan, porque sabemos que no son justas, porque no se ajustan al desarrollo de nuestra historia. Está bueno ya de hipocresías, si un país llamado socialista, invade a otro país, este Partido [el PIP] tiene que repudiar esa invasión de un país que se llame socialista y se comporte como imperialista (Berríos 1983, 371, mi énfasis).

Lo último es una clara alusión a, en aquel entonces, la Unión Soviética. En otros lugares, también afirma:

Y luchamos contra la desviación derechista, que sólo puede desembocar en la claudicación, y luchamos contra la corriente ultraizquierdista [i.e. marxismo-leninismo] que sólo puede llevar a la enajenación.

Esas dos corrientes han sido enemigas mortales de los procesos revolucionarios de los pueblos a través de la historia, la corriente claudicante y de derecha y la corriente enajenante, ultraizquierdizante, de los que se creen que el cambio se hace desde las nubes y que se pasan hablando en nombre de un pueblo trabajador que ni entienden ni tan siquiera conocen….

Aquí en Puerto Rico, nosotros hemos desarrollado nuestra escuela, nuestro concepto de socialismo cuya aspiración final es que cada cual aporte a la sociedad según su capacidad, reciba de ésta el fruto de su trabajo y participe libremente en las decisiones que afecten su vida. Nos definimos por nuestra común aspiración final y especificamos programáticamente en cada área económica y social el particular y en cada momento histórico, el régimen específico a seguirse para implantar nuestra aspiración última.

…los socialistas en Puerto Rico no podemos renegar de una historia, de triunfos obtenidos por el pueblo en los derechos individuales y en los métodos de participación. Si el socialismo, en ciertos lugares del mundo, no produjo estructuras democráticas es porque nadie puede dar de lo que no tiene. Es absurdo pedir unas elecciones en China, porque tienen cinco mil años de historia y nunca han tenido unas verdaderas elecciones. Y es absurdo pedir que no haya elecciones en Puerto Rico, porque aquí, al menos en el último siglo y medio ha habido elecciones, desde antes de que llegaran los norteamericanos, dicho sea de paso.

A esa democracia, y a ese socialismo, y a esa independencia, es que nos referimos como miembros de este partido (Berríos 1983, 376, 380-381).

De esta manera, el presidente del PIP intentaba por todos los medios establecer su diferencia ideológica con el PSP y otros sectores del independentismo que se caracterizaban por un acercamiento marxista a los asuntos económicos y sociales de Puerto Rico.

Aclaro que no cito a Berríos como si yo aprobara la caracterización de esos sectores, sino para dejar claro que el PIP nunca ha sido, al menos bajo su presidencia, un partido comunista o marxista.

Aserciones de Rubén Berríos en 1976 sobre el socialismo democrático que promovía, donde se respetaran la propiedad privada y los derechos individuales.

La fase socialdemócrata

Bandera del PIP con el puño y la rosa
Bandera del PIP con el puño y la rosa de la socialdemocracia. (Imagen creada por mí, no por el partido).

De 1989 a 1991, hubo una serie de cambios en el PIP, aunque no demasiado significativos. Durante este periodo, que coincidió con el final de la Guerra Fría, se dio un llamado “proceso plebiscitario” en el Congreso de los Estados Unidos para echarle una mirada a las tres opciones de estatus de Puerto Rico, ante el nuevo panorama histórico, a saber: la estadidad, la independencia, y un Estado Libre Asociado (ELA) mejorado. El senador Bennett Johnston radicó en 1989 el proyecto de ley S. 712 (Puerto Rico Status Referendum Act), después el S. 244 (Puerto Rico Status Referendum Act) de 1991, donde se plasmaba con lujo de detalles las tres opciones de estatus según el Congreso estaba dispuesto a aceptar en un potencial plebiscito a celebrarse en Puerto Rico cuyos resultados fueran respetados por ese cuerpo legislativo estadounidense. Todas las opciones incluían un proceso de transición del estatus actual al final. Durante esas discusiones y debates, los líderes políticos puertorrriqueños se llevaron una gran sorpresa debido a que el Congreso había revelado la naturaleza colonial del ELA, el desfavorecimiento de la estadidad para Puerto Rico, y unos términos muy favorables para la independencia, excepto en la petición de la total desmilitarización de Puerto Rico. Esta definición de independencia disponía la creación de una república, con una estructura republicana de frenos y contrapesos, y un estado de derechos garantizado por una constitución. Claramente, estos no eran los tiempos del Proyecto Tydings, y la actitud de Estados Unidos con el independentismo había cambiado sustancialmente.

En aquella definición de independencia, se preveía un proceso de transición de diez años, mediante el cual el gobierno federal respetaría la ciudadanía estadounidense de los puertorriqueños que ya la tenían; tampoco se les quitarían los beneficios devengados, se le permitiría a la nueva república libre acceso al mercado estadounidense vía el (entonces) Plan Caribe (o la Iniciativa de la Cuenca del Caribe), se continuaría atrayendo capital estadounidense a Puerto Rico, continuarían las transferencias otorgadas durante ese periodo, entre otras.

Más adelante, el congresista por Islas Vírgenes, Ron de Lugo, radicó otro proyecto en 1990 (H.R. 4765, Puerto Rico Self-Determination Act) para un potencial referéndum para que los boricuas votaran por una de las tres opciones en la Cámara de Representantes federal, iniciativa que también le permitió al PIP definir la independencia en términos favorables. A diferencia del Senado, en esta ocasión pudo incluir todas las disposiciones de transición que se hicieron allá y la total desmilitarización de Puerto Rico. El proyecto se aprobó en la Cámara de Representantes del Congreso, pero no en el Senado.

Véase debate de aquella época sobre este tema aquí.

En este tiempo, y a la luz de una nueva realidad internacional, el PIP publicó propaganda a favor de la independencia, ya usando el puño y la rosa de la socialdemocracia. Y para el 1992, el programa del PIP para la gobernación (cuyo candidato en aquel momento era Fernando Martín), definía su postura como socialdemócrata.

Nota importante: Este último dato lo digo de memoria, debido a que, más o menos para ese tiempo, me volví independentista y me impresionó esa parte de su programa. Fue en ese momento que comencé a investigar la socialdemocracia como ideal. Por el momento, no puedo acceder a la documentación en cuestión (eventualmente, espero que sí). Debido a que lo digo a partir de mis recuerdos (y puedo fallar), habría que contrastar con la documentación del PIP de esa época.

Desde entonces hasta hoy, el PIP continúa siendo un partido socialdemócrata, y su programa de gobierno actual es consecuente con ese ideal.

Es más, en el programa actual del PIP, del candidato a la gobernación Juan Dalmau, se afirma: “El PIP concibe la organización del sistema económico de Puerto Rico dentro del marco filosófico de la socialdemocracia” (Desarrollo económico, p. 39, mi énfasis). Algunas de las propuestas (no un listado exhaustivo) son:

  • En la parte de desarrollo económico, se valora la atracción de capital privado extranjero, pero dirigido al desarrollo de la economía puertorriqueña, y que aporte un porcentaje de sus ganancias mediante un impuesto de un 15 %. Se fomenta el cooperativismo, las empresas de trabajadores, los pequeños y medianos negocios, la agricultura, la preferencia por las exportaciones, entre otros.
  • Se propone crear “un organismo con representación sindical, gubernamental y patronal para entender en los asuntos laborales desde una perspectiva amplia” (pp. 39-40). Esto es interesante porque esto les permite a los trabajadores negociar con sus patronos un salario justo, razón por la que muchos países nórdicos prescinden de una ley de salario mínimo. Aun así, se propone la “creación de un salario mínimo nacional para los trabajadores y trabajadoras que vaya en aumento según el incremento en el costo de la vida” (p. 42).
  • Se propone la creación de un sistema universal de retiro (pp. 42-43).
  • Se propone un seguro universal de salud que tendría una amplia cubierta para la población y no se les impediría a los seguros privados las cubiertas complementarias. (Ver la propuesta completa aquí. Nótese que esta parte del programa de gobierno hace un detalladísimo diagnóstico de la situación de la salud en Puerto Rico). Aquí se encuentra un resumen de su propuesta.
  • Se propone la revitalización de viviendas con el fin de atender ese problema en Puerto Rico.
  • Hace un énfasis en los derechos humanos fundamentales de las personas con diversidad funcional, inmigrantes, los niños, los envejecientes, la comunidad LGBT+, las mujeres, entre otros.
  • Reformas educativas que descentralicen la educación en Puerto Rico y así alivien la enorme burocracia que caracteriza el Departamento de Educación. También habría una reforma para la institución superior pública del país, la Universidad de Puerto Rico.

Una vez más, la mayoría de esto no se hace mediante “expropiaciones” (a lo Fidel Castro o a lo Hugo Chávez) de los medios de producción social, o estableciendo un gobierno supervisor de todo, sino más bien unos cambios dentro del marco del capitalismo que redirijan la riqueza a la población y el medioambiente, y así crear, en términos generales, una economía mucho más sostenible.

Otra vez, hago la aclaración de que la mención de estos puntos no son aserciones mías de que este programa “va a funcionar” bajo las circunstancias actuales de Puerto Rico. Ese no es el propósito de este artículo. El fin de esta sección es mostrar que el PIP propone un programa de gobierno que se enmarca filosóficamente en la socialdemocracia, no en el comunismo.

Los vínculos internacionales del PIP

Logos de la Internacional Socialista y la COPPPAL
Logos de la Internacional Socialista y la COPPPAL.

Durante la presidencia de Rubén Berríos, especialmente cuando dio el giro hacia el socialismo democrático y, después, a la socialdemocracia, el PIP se convirtió en miembro de la Internacional Socialista (IS). Por supuesto, el nombre es suficiente para que la gente que no sepa mucho de teoría política salga gritando: “¡Comunismo!”, y de esa manera atemorizar a los demás. Ciertamente, en estos días, el PNP le saca millaje a este detalle para presentar al PIP en los términos más “comunistas” posibles.

Sin embargo, para aquellos que son curiosos, les invito a que pasen por aquí para que vean los partidos miembros de la organización a nivel mundial (además del PIP).

En primer lugar, en el mapa, verán que Cuba no está sombreada (es decir, no tiene partido miembro de la organización). ¿Por qué? Porque el Partido Comunista de Cuba, el único partido en el poder desde que gobernó Castro, no forma parte de la IS. ¿Por qué? Porque la IS reúne a partidos socialdemócratas, socialistas democráticos y laboristas, NO marxistas o comunistas. ¿Y qué hay del Frente Sandinista de Liberación Nacional, la organización de Daniel Ortega? TAMPOCO. Lo mismo ustedes pueden corroborar si van a la parte que tiene que ver con Venezuela. El partido de Nicolás Maduro, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), TAMPOCO forma parte de la IS. Es más, Acción Democrática, que pertenece al Movimiento de Unidad Democrática y es opositora a Maduro, pertenece a la IS.

Como podrán ver de nuestra discusión sobre el socialismo democrático y la socialdemocracia, la IS no tiene nada que ver con el comunismo.

Por décadas, el PIP ha sido miembro de esta organización, y Rubén Berríos ha sido presidente del Comité de la IS para América Latina y el Caribe. Esto le ha permitido al PIP participar del ámbito internacional y promover la causa de la independencia a nivel mundial. También le han abierto las puertas a establecer lazos con partidos poderosos europeos como el PSOE, el Partido Laborista del Reino Unido (que es observador en la IS), además de movimientos y partidos electorales de varios países de América Latina. Gracias a esos esfuerzos, se lograron resoluciones de la IS a favor de la libre determinación e independencia de Puerto Rico.

A su vez, el PIP forma parte de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina (COPPPAL). En general, esta es una organización de partidos de izquierda donde se establecen relaciones diplomáticas, independientemente de las diferencias filosóficas de cada partido, para crear un esquema de solidaridad y darle dirección a los países de América Latina para afianzar su soberanía en relación con otras potencias. Según su propio portal de Internet, la COPPPAL se describe de la siguiente manera:

En su Declaración de Principios, la COPPPAL, se define como un foro de partidos democráticos y progresistas que otorga prioridad al tema de la soberanía, a la vez que se pronuncia por el establecimiento de un orden internacional más justo y equitativo y por la unidad de los pueblos latinoamericanos.

Igualmente, la citada Declaración señala que los propósitos de este foro consisten en defender la lucha por la democracia que garantice la participación de las mayorías y las minorías en las funciones decisorias del Estado, en un marco de seguridades jurídicas que garantice las libertades públicas del individuo, el derecho pleno a la participación política y el respeto a la diversidad ideológica.

Sobre la caracterización de foro de “partidos democráticos”, es (a mi juicio) un poco dudoso, porque en esa institución sí están presentes el Partido Comunista de Cuba y el PSUV. No obstante esta presencia, nótese que también forman parte partidos de la oposición venezolana, tales como, Acción Democrática, Avanzada Progresista, entre otros.

Rubén Berríos ha sido por décadas vicepresidente de la COPPPAL. ¿Propósito? Pues, adelantar la causa de la independencia de Puerto Rico a nivel mundial, y conseguir aliados de parte de todo el espectro político de la izquierda en América Latina.

Estos esfuerzos por parte del PIP, tanto en la IS como de la COPPPAL, propician que, a nivel internacional, se cree presión diplomática para que Estados Unidos atienda el asunto del estatus de Puerto Rico. Se podrá debatir si esto ha rendido frutos o no, pero lo que es indudable es que parte del apoyo internacional a la causa de la independencia se debe precisamente a esta labor.

¿Y qué hay de la condena del PIP a las elecciones de Venezuela? ¿No son los líderes del PIP “amigos” de Maduro?

Una vez más, no voy a intentar justificar éticamente las asociaciones del PIP con gobiernos autoritarios y dictatoriales como los de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Muchas veces, se han visto líderes del PIP compartiendo paneles, tomándose de la mano o sacándose fotos con estos gobernantes.

Pero, si el PIP no es afín al comunismo, entonces, ¿por qué hace eso? Hay varias razones para ello:

  • El gobierno de Cuba, desde el mismo comienzo, siempre estuvo y está actualmente a favor de la independencia de Puerto Rico. Esto no es meramente porque el partido en el poder es “antiamericano”, sino porque, más allá de los detalles de ideología política, Cuba y Puerto Rico han compartido sendos destinos entre ellos por su relación colonial con España y Estados Unidos. Los independentistas de Puerto Rico en general y el gobierno cubano buscan, dentro de sus realidades correspondientes, afirmar su derecho a la autodeterminación o la soberanía frente a las intervenciones de Estados Unidos y otras potencias. Igual pasa con el movimiento sandinista en Nicaragua y el bolivariano en Venezuela.
  • El problema del estatus político de Puerto Rico no solamente afecta a nuestro país, sino que forma parte de una realidad histórica por la que Estados Unidos ha estado ejerciendo dominio estratégico, militar y económico durante muchas décadas de los siglos XX y XXI. Por tanto, la situación colonial de Puerto Rico afecta a todos los países de América Latina, incluyendo a Cuba, Nicaragua y Venezuela.
  • Los partidos de gobierno de Cuba, Nicaragua y Venezuela forman también parte de la COPPPAL, lo que hace que Berríos, como vicepresidente, y otros miembros del PIP, sostengan relaciones diplomáticas cordiales con estos gobernantes.

Como se puede ver, formalmente hablando, las relaciones entre el PIP y Cuba, Nicaragua y Venezuela son diplomáticas. Ahora bien, lo curioso es que mucha gente mire estas acciones del partido y piense que traerá el comunismo a Puerto Rico; pero no dicen nada cuando los líderes del PIP le den la mano, por ejemplo, a presidentes o congresistas de los Estados Unidos, o figuras eminentes de democracias. Nadie dice: “Dalmau le dio la mano a Joe Biden, eso significa que van a traer la democracia.” Y son estos mismos sectores que hacen la crítica maliciosa, los que se hacen de la vista larga cuando presidentes estadounidenses se reúnen con gobiernos retrógrados y dictatoriales, como los monarcas de Arabia Saudita.

Aunque el partido se ha mantenido demasiado silente en torno a acciones de represión del gobierno cubano contra algunos opositores, sí podemos constatar que ha tomado posturas bastante firmes en cuanto a ciertos atropellos del gobierno de Nicaragua y Venezuela. El año pasado, Fernando Martín denunció abusos del gobierno de Daniel Ortega, y, en este año (2024), Dalmau denunció al gobierno de Venezuela en relación con las elecciones.

Estas posiciones no son de modo alguno contrarias a las organizaciones de las que el PIP forma parte. Por ejemplo, en el 2019, la IS expulsó de su organización al FSLN y reconoció como “presidente encargado” de Venezuela a Juan Guaidó. Asimismo, en relación con las elecciones, la IS oficialmente se expresó en torno a que Venezuela debía tener elecciones limpias, y tras las elecciones recientes, comunicó lo siguiente:

La Internacional Socialista expresa su profunda preocupación por la situación actual en Venezuela. Elogiamos la determinación del pueblo venezolano, que salió a votar en gran número y de manera pacífica.

Demandamos transparencia en el proceso de recuento e instamos a que se realice una verificación exhaustiva de los resultados electorales para asegurar que reflejan fielmente la voluntad del pueblo venezolano. Esta verificación debe incluir el recuento completo de todas las actas, que deben ser proporcionadas sin más demora por el Consejo Nacional Electoral de Venezuela.

Es imperativo evitar cualquier forma de violencia. Instamos a las fuerzas de seguridad a asegurar el pleno respeto a los derechos humanos, incluido el derecho a la reunión pacífica.

Condenamos enérgicamente la expulsión del embajador de Chile, así como de los embajadores de Uruguay, República Dominicana, Costa Rica, Perú, Panamá y Argentina, quienes mencionaron la necesidad de un proceso justo y democrático. Estas acciones socavan los esfuerzos diplomáticos y la observación internacional, factores cruciales para la transparencia y legitimidad del proceso electoral.

Aunque de una manera más leve, la COPPPAL también ha dicho algo al respecto después de recibir a sus observadores de Venezuela:

… Para lograr ese cometido, corresponde al Tribunal Supremo de Justicia dar máxima publicidad a las actas que contienen los resultados electorales, así como facilitar las auditorías que correspondan y ordenar el pronto esclarecimiento del hackeo denunciado por el CNE y su impacto sobre la certeza de las elecciones.

De igual forma, lo exhortamos a garantizar la máxima transparencia en ese transcurso judicial, así como convocar de manera incluyente, a la participación de todas y todos los actores involucrados….

Así mismo [sic.] y con mucha contundencia hacemos un llamado al cese de los actos violentos y de vandalización de las protestas que tanto daño hacen a personas y bienes de este hermoso país, instando a mantener la PAZ con PAZ y en PAZ dentro de las normas de convivencia y civilidad, elementos indispensables junto con el derecho de reunión y manifestación en orden,[sic.] en toda democracia, la observación de estos principios darán como resultado una institucionalidad solvente y firme de la que todas y todos los actores son corresponsables en bien de la República y del pueblo Venezolano.

En otras palabras, como la IS y la COPPPAL, el PIP, como miembro de estas organizaciones, tiene también sus dudas sobre la legitimidad de las elecciones en Venezuela y le exige transparencia a su gobierno.

Conclusión

Pensador

Estamos en época electoral, y parece una perogrullada el decir algo tan obvio como que, “en las elecciones, los políticos mienten”.

Por supuesto, esto no deja de ser cierto en unas elecciones como las que se aproximan para Puerto Rico. Nótese que van a ser muy atípicas. Por ahora, ha prevalecido el bipartidismo y la manera en que se alternan en el poder el PNP y el PPD. Sin embargo, en las elecciones del 2020, el porcentaje de personas que favorecían a ambos partidos era notablemente bajo a niveles no vistos desde la década de 1940 (PNP – 33 % y PPD – 32 %). Asimismo, hubo un aumento considerable del favorecimiento político al MVC (14 %) y al PIP (14 %), que juntos alcanzaban casi el 28 %. Recordemos que en la elección del 2016, el porcentaje del voto del PIP fue del 2 %. Esta conducta anómala en la historia de Puerto Rico despierta ansiedad, muy especialmente en el PPD, ya que hay fuertes señales de que no es un partido favorecido por el pueblo y, en mi opinión, se condena por estar ideológicamente quebrado. En esta ocasión, son muy pocos los independentistas dispuestos a “prestar el voto” para evitar que gane el PNP. El asunto empeora cuando sabemos que, para sorpresa del público, en un momento dado, el PIP logró recaudar más dinero que el PNP y el PPD en el 2020, y lo mismo parece haber ocurrido este año.

Todo esto revela un descontento muy profundo entre los puertorriqueños en relación con una situación de la que no parecemos salir: la Junta de Supervisión Fiscal, la atención a la población por parte de los servicios públicos, la inflación, los males de LUMA y Genera, la falta de un empleo estable, la crisis de la educación pública, los problemas de la Universidad de Puerto Rico, los serios problemas de los servicios médicos, entre otros. El PIP ha formado ahora una “Alianza” con el MVC, que es o criticada o ninguneada por algunos periodistas y comentaristas políticos. No obstante ello, si la tendencia es como se proyecta, la Alianza podría o ganar la gobernación, o podría convertir al PIP o al MVC en el segundo partido mayoritario en Puerto Rico.

Y para evitar perder votos, en esta época, los políticos se agarran a cualquier alegato, por más falso que sea, para tratar de desacreditar al PIP ante los ojos de los electores. Entonces sacan el supuesto “historial” con Maduro, o que la Internacional Socialista es una organización comunista, o que la socialdemocracia es la antesala al comunismo y que Puerto Rico terminará como Cuba y Venezuela, etc.

Todo eso es falso. Resumamos lo discutido a fondo:

  • Que el PIP favorezca la socialdemocracia no lo hace un partido comunista.
  • El que pertenezca a la Internacional Socialista tampoco lo hace comunista, porque la IS no es una organización comunista.
  • La socialdemocracia es un sistema de base capitalista, que procura dejar los servicios esenciales en manos del estado, fortalecer el estado benefactor, establecer un estado de derechos dentro de un marco de democracia política, y garantizarles los derechos a los trabajadores.
  • Los países con sistemas socialdemócratas o mixtos suelen ser tan prósperos como los Estados Unidos y más que Puerto Rico.
  • Las relaciones entre el PIP y algunos países autoritarios son diplomáticas y no son incondicionales.

Por tanto, las personas que dicen que el PIP es una “organización comunista”, o están mal informadas o están mintiendo.

Espero haber cumplido con la función de este artículo. Una vez más, no es mi propósito decirles por quién votar, sino presentar los hechos, como mejor los entiendo, para que los electores puedan tomar una decisión debidamente informada.

¡Hasta en la política debemos permanecer escépticos!

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