Jay Fonseca habla de pesticidas … mi reacción

Al igual que los demás artículos de este blog, ninguna entidad, sea compañía, organización con o sin fines de lucro, o persona me ha pagado para la publicación de este artículo. Esto es por pura iniciativa propia a solicitud de unas amistades.

  1. Un reportaje particular
  2. Críticas a la presentación de la información
    1. ¿El Agente Naranja?
    2. ¿El Agente Blanco?
  3. El picloram
  4. El glifosato … ¡otra vez!
  5. Los herbicidas que sí son altamente tóxicos
  6. Conclusión
  7. Apéndice: ¿Qué realmente ocurrió con el Agente Naranja en Vietnam?
  8. Referencias

Un reportaje particular

En días recientes, la periodista Cynthia López Cabán y el abogado analista Jay Fonseca han publicado reportajes y videos en torno al asunto de la implementación de manejo de vegetación que, aparentemente, ya ha comenzado a llevar a cabo la compañía LUMA, la empresa que está a cargo de la transmisión de electricidad de Puerto Rico. Esta empresa norteamericana se ve ahora en la necesidad de la poda de árboles y manejo de vegetación para que no se afecte la transmisión de energía eléctrica a los hogares.

López Cabán ha llevado a cabo una buena labor de periodismo —aunque mantendré desacuerdo con su apreciación en torno a los pesticidas en sí— iluminando al pueblo de Puerto Rico en cuanto a cómo la compañía ha manejado el asunto de manera oscura a espaldas del escrutinio público. Su reportaje se encuentra aquí en el portal de Jay Fonseca con la documentación correspondiente: https://jayfonseca.com/luma-usaria-17-herbicidas/. Aquí también colocamos el vídeo donde discutieron este problema un poco más a fondo con un representante del Colegio de Químicos de Puerto Rico.

Ciertas amistades, una de ellas una agrónoma, y la otra un legislador municipal, me pidieron que opinara en torno a este reportaje.

Antes de señalar los problemas en cuanto a la presentación de su información, al menos en la forma que se muestra en el vídeo, aclaro lo siguiente:

  • En cuanto al reportaje, nada de lo que diré aquí implica que favorezco a LUMA (¡lejos de eso!) o que no quiero que esté sometida al rigor de la regulación del gobierno local (en mi humilde opinión, aparentemente inexistente) o la regulación federal.
  • Nada de esto quiere implicar que no se condene a LUMA por ser tan opaca en cuanto a las iniciativas para su manejo de vegetación en Puerto Rico. Al contrario, favorezco que tanto el gobierno local y el federal como el pueblo de Puerto Rico tengan la evidencia clara.
  • Nada de esto debe implicar que considero que Fonseca hizo este reportaje sin una genuina preocupación por el bienestar del pueblo.

Los que me han seguido por años en este blog ya saben por dónde van mis críticas. Así que comencemos …

Críticas a la presentación de la información

¿El Agente Naranja?

Comencemos con el titular: “Usarán químico en PR que se usaron en Vietnam”.

Muchos recordamos lo que, para desgracia de Estados Unidos, ocurrió durante la guerra de Vietnam y la dispersión de Agente Naranja en los bosques, que ha conllevado unos problemas de salud tanto para la población vietnamita como para los veteranos estadounidenses.

Muchos puertorriqueños están conscientes de ello, dado que los soldados boricuas tuvieron una participación destacada en ese conflicto bélico en Asia, donde muchos de ellos pudieron haber sido afectados por la presencia del Agente Naranja. Sabemos también que el ejército estadounidense ensayó la aspersión de Agente Naranja en el Yunque, en Luquillo, afectando la fauna del lugar (e.g. Watlington, 2008, pp. 17, 19). Un representante del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) a la Cámara en el 2004, Víctor García San Inocencio, reveló que el gobierno de Estados Unidos había reconocido la experimentación con ese herbicida y otras dioxinas, y que se asperjaron en territorio de los pueblos de Mayagüez, Cabo Rojo, Guánica, Las Marías, Río Grande y Luquillo y, cito la noticia:

… se sospecha que grandes cantidades de “Agente Naranja” en El Yunque, Toro Negro y el Bosque de Maricao (…) también que fue asperjado en todos los cuerpos de agua de la Isla.

El representante también indicó muchos de los síntomas asociados al defoliante:

El “Agente Naranja” se relaciona con enfermedades como la enfermedad de Hodgkin, enfermedades de la piel, cáncer de la próstata y de las vías respiratorias, entre otras.

Ver también la literatura médica en relación con esto (Danchi & Chen, 2024).

Estas declaraciones han sido respaldadas una y otra vez por informes recientes de los Estados Unidos, donde se afirma que en Puerto Rico se experimentó con Agente Naranja en Guánica, Maricao y Luquillo (Young, 2008, cap. 2, pp. 9-11, 14, 22-23; cap. 3, p. 6; cap. 5, pp. 11, 13).

Quiero recalcar que el titular en ningún momento habla del Agente Naranja, pero el vínculo con Vietnam puede sugerírselo al público. Es más, cuando miramos la portada del vídeo de Jay Fonseca, se refuerza más todavía la asociación con el Agente Naranja al colocar la imagen de un aeroplano asperjando un químico “naranja”.

Portada del vídeo de Jay Fonseca en YouTube.
Portada del vídeo de Jay Fonseca en YouTube a baja resolución.

Este retrato de fondo se puede buscar por Internet, especialmente en este escrito o en este reportaje, donde se habla de los efectos del Agente Naranja sobre los veteranos estadounidenses a la altura del año 2022. Bajo la misma imagen, en ambas entradas, se dice que este es un avión que asperja Agente Naranja.

Solo que hay un pequeño problema …

El avión en cuestión no es una imagen de un aparato asperjando el herbicida. Más bien, se trata de un avión de la Fuerza Aérea de Estados Unidos C-130 Hercules, diseñado por la compañía Lockheed para la lucha contra los incendios forestales. He aquí otra imagen mucho más clara:

Un avión C-130 Hercules de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
Un avión C-130 Hercules de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Foto cortesía de la Fuerza Aérea de EEUU (Fuente)

El avión está cargado con un módulo para asperjar un químico llamado PHOS-CHEK®, cuya función es retardar el avance del fuego. Su color es naranja o, más bien, rojizo. En otras palabras, la imagen usada por Fonseca no es una del Agente Naranja (y, como veremos, tampoco del Agente Blanco).

Si quieren unas imágenes de aspersión del Agente Naranja durante la guerra de Vietnam, aquí las tienen.

Helicóptero US Huey asperjando agente naranja sobre un bosque en Vietnam.
Helicóptero US Huey asperjando Agente Naranja sobre un bosque en Vietnam. Foto cortesía del Archivo Nacional de los Estados Unidos. (Fuente)
Video de tropas estadounidenses asperjando agente naranja en Vietnam. Cortesía del Departamento de Defensa de los EEUU, y el Vietnam Center and Sam Johnson Vietnam Archive. (Fuente)
Aviones asperjando agente naranja sobre un bosque en Vietnam
Aviones rociando Agente Naranja sobre un bosque en Vietnam como parte del Operativo Ranch Hand. Cortesía de la Biblioteca Nacional de Agricultura de los EEUU (Fuente).

Para crédito de Fonseca, hago saber que en ningún momento en el vídeo él dice que el herbicida a rociarse para el manejo de vegetación son componentes o derivados del Agente Naranja. Pero, desgraciadamente, en una postal de Facebook que publicó hace poco, sí dice que el picloram es uno de los componentes del Agente Naranja. Esto es sencillamente falso. El picloram es un componente del Agente Blanco, no del Agente Naranja. Como discuto en el apéndice de este artículo, el Agente Naranja es una mezcla de dos químicos:

  • 2,4-D
  • 2,4,5-T

Esto es algo que se sabe de la literatura científica. El picloram no tiene nada que ver con el Agente Naranja.

Esto nos lleva a nuestro siguiente asunto.

¿El Agente Blanco?

Jay comienza el vídeo, denunciando a LUMA por el programa de dispersión de químicos a los que describe como “sumamente poderosos”, algunos de ellos “prohibidos para usarse en Puerto Rico”. Cuando uno escucha el reportaje de Fonseca, uno se da cuenta de que su enfoque no es en el Agente Naranja, sino en algo que se conoce como el Agente Blanco.

Durante la guerra de Vietnam, Estados Unidos se enfrentó a la gran dificultad de luchar contra los enemigos que se encontraban escondiéndose en plantaciones y bosques. Con el fin de tener mayor éxito en la guerra, asperjaron varios herbicidas. El que fue de preferencia fue el Agente Naranja. Sin embargo, uno de los primeros que trató fue el Agente Blanco.

¿Qué es el Agente Blanco? Es una sustancia compuesta por dos químicos entonces usados como herbicidas: el 2,4-D y el picloram (como acertadamente indica la periodista López Cabán).

Representación del 2,4-D
Representación del 2,4-D.
Representación del picloram
Representación del picloram.

Pues sucede que algunos de los pesticidas que piensa utilizar LUMA para el manejo de vegetación contienen picloram como ingrediente activo.

¿Debemos preocuparnos?

Pues, déjenme decirles algo como un indicio de lo que diré más adelante con más detalle: cuando el ejército de Estados Unidos comenzó a usar el Agente Blanco, este no parece haber sido tan efectivo para sus fines. Esa es la razón por la que cambiaron al Agente Naranja. En el apéndice de este artículo, hablaré de los pormenores químicos que llevaron al desastre que describí en esta sección.

Por ahora, olvidémonos del Agente Blanco y del 2,4-D, y concentrémonos más bien en el picloram.

El picloram

Logo de la compañía Dow.
Logo de la compañía Dow.

El picloram es un compuesto sintético desarrollado por la compañía Dow, usado generalmente como herbicida.

¿Es el picloram altamente tóxico? Pues, según la información disponible tanto en Estados Unidos como en Europa, parece que no. Según la literatura científica, es bastante inocuo.

Una de las maneras de medir el grado de toxicidad de una sustancia es lo que se llama LD50 (Lethal Dose 50), concepto científico que he discutido en este blog muchas veces. Para los que no sepan lo que es, esto involucra experimentación con animales. Según los estudios, lo que se suele hacer es tener una muestra numerosa de animales de una especie y se les proporciona una sustancia que se quiera examinar. En el proceso, se aumentan las dosis a los animales hasta que el 50 % de la muestra muere. Cuando eso ocurre, se puede obtener la cifra del LD50, que se mide en mg (miligramos) de la sustancia por el kilogramo (kg) de la masa del animal. Mientras mayor sea la cifra, menos tóxica es; y cuanto menor sea la cifra, más tóxica es.

¿Cuál es la cifra del LD50 del picloram según la literatura científica más reciente? Para efectos del estudio, vamos a utilizar las obtenidas a partir de muestras de ratas que ingirieron las sustancias.

  • Picloram – 4012 mg/kg (Fuente)
  • La sal de mesa – 3000 mg/kg (Fuente)
  • Formaldehído (que podemos encontrar en nuestra sangre o en las manzanas) – 640 mg/kg (Fuente)
  • Cafeína (que nos mantiene despiertos después del café) – 192 mg/kg (Fuente)

En otras palabras, la cafeína parece ser cerca de 21 veces más tóxica que el picloram, y muchos puertorriqueños (incluyéndome) la bebemos todos los días.

De hecho, de los récords que tenemos del herbicida, no tenemos registro alguno de muertes por esta sustancia, sea por ingestión, exposición en el aire o contacto. ¡Ciertamente, no es peor que el naled, cuyo LD50 en ratas es 160 mg/kg (fuente)! Es decir que el naled es 25 veces más tóxico que el picloram. El hecho de que se haya utilizado en Vietnam no significa nada en cuanto al grado de toxicidad del compuesto.

Esto no significa que no afecte físicamente la inhalación o el contacto con los ojos, pero ciertamente es de muy baja toxicidad.

Ahora bien, con base en la información que los científicos obtienen del LD50 y de otras como el LC50 (lethal concentration 50), entre otras, las agencias de regulación establecen las condiciones por las que se puede administrar el picloram. Asimismo, tienen en cuenta el impacto ambiental, porque un problema de ese herbicida es que persiste en el medioambiente por mucho tiempo. Por eso, si se va a asperjar masivamente, los administradores deben tener la debida licencia y aplicar el herbicida según las especificaciones.

Aun así, la pregunta es, ¿debemos preocuparnos por el uso de picloram? La respuesta, con la debida cautela (bajo la condición de que LUMA la administre bien), es no.

Me parece totalmente innecesario demonizar al picloram asociándolo a Vietnam y a los estragos del Agente Naranja. Alarmar al público por una sustancia inocua no es buena labor investigativa o divulgativa.

Lo que nos lleva al siguiente tema sobre otra sustancia que ha sido hiperdemonizada.

El glifosato … ¡otra vez!

Botellas de Roundup
Botellas de Roundup. Foto cortesía de Mike Mozart. Licencia: CC-BY 2.0.

¡Ay! … ¡El glifosato … el glifosato … el glifosato!

Los que me han seguido todo este tiempo saben exactamente lo que pienso en torno a esta cuestión a la que regreso por la enésima vez (al menos, así siento yo).

En sus redes, cuando habla de los planes de LUMA, dice Fonseca:

En ambas postales que vemos aquí, Fonseca comete dos errores factuales en torno al glifosato:

  1. Que la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica al glifosato un “posible carcinógeno”
  2. La clasificación de “posible carcinógeno”

Ninguna de las dos es correcta.

Antes de entrar a evaluar cada una de estas aserciones, debemos indicar que, si bien el picloram es marcadamente inocuo, según las cifras toxicológicas, el glifosato es más inocuo. El LD50 en ratas es de 4350 a 5600 mg/kg (fuente, esta fuente y esta fuente) y, por supuesto, es mucho más inocuo que el naled (recuerdo que el LD50 en ratas es 160 mg/kg). Este factor de baja toxicidad, su producción barata, su biodegradación y su gran efectividad han sido las razones por las que el glifosato ha sido, en general, sumamente exitoso a la hora de sustituir herbicidas mucho más tóxicos, sea en agricultura o en mantenimiento de infraestructura, tales como el cuido de carreteras y aceras.

Reducción del uso de Alachlor
Reducción del uso de Alachlor (Fuente: US Geological Survey — Departamento del Interior de Estados Unidos).
Reducción de uso de Cyanazine
Reducción de uso de Cyanazine (Fuente: US Geological Survey – Departamento del Interior de Estados Unidos)
Reducción del uso de Fluazifop
Reducción del uso de Fluazifop (US Geological Survey – Departamento del Interior de los Estados Unidos).
Reducción del uso de Metolachlor para el maíz y la soya
Reducción del uso de Metolachlor para el maíz y la soya (Fuente: US Geological Survey – Departamento del Interior)
Reducción del uso de Nicosulfuron
Reducción del uso de Nicosulfuron para el maíz (Fuente: US Geological Survey – Departamento del Interior de Estados Unidos)

Hablemos, pues, de los alegatos de Fonseca (y muchos otros, especialmente activistas), que la OMS clasificó al glifosato como “posible carcinógeno”. Esto es incorrecto.

La clasificación en cuestión no fue “posible carcinógeno” sino “probable carcinógeno”, y la agencia que lo hizo no fue la OMS, sino una rama de esta: la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC por sus siglas en inglés). En sus monografías, la IARC mide el grado de peligrosidad de alguna sustancia, específicamente en relación con el cáncer.

Para comprender el sistema de categorización de la IARC, tenemos que describir el sistema de clasificación:

  • Grupo 1: Los químicos de este grupo son cancerígenos para los seres humanos.
    .
  • Grupo 2A: Los químicos de este grupo son probables cancerígenos para los seres humanos. Esto significa que hay suficiente evidencia (pero limitada) de que el químico en cuestión produce algún tipo de cáncer a animales y que el mecanismo que lo hace posible también se halla presente en los seres humanos.
    .
  • Grupo 2B: Los químicos de este grupos son posibles cancerígenos para los seres humanos. Hay limitada, pero inadecuada, evidencia de que el químico en cuestión produce algún tipo de cáncer en animales.
    .
  • Grupo 3: Los químicos de este grupo no son clasificables como cancerígenos para los seres humanos. Hay evidencia limitada e inadecuada de que el químico sea cancerígeno para los seres humanos y para los animales.
    .
  • Grupo 4: Los químicos de este grupo no son genotóxicos, es decir, no afectan el genoma de tal manera que aumente el riesgo de cáncer.

Según una monografía publicada en el 2015 (y vuelta a publicar en el 2017 con correcciones), la IARC clasifica al glifosato como “2A”, es decir, “probable cancerígeno”. Esto se debe a que, en el caso de ciertos animales —roedores—, los datos obtenidos no son estadísticamente significativos; mostraban que la evidencia era muy pobre, pero que se podía observar una “tendencia” (trend) al desarrollo de linfoma no-hodgkiano (LNH). Es por esta razón que esta monografía ha sido la base de todas las demandas contra Monsanto/Bayer en los últimos años.

Ahora bien, recordando que el comunicado de la IARC y su famosa monografía se publicaron en el 2015, debemos mencionar otro informe, esta vez de la OMS misma, en el 2016. En ese informe conjunto de la OMS y la Organización de Agricultura y Alimentos de las Naciones Unidas (FAO por sus siglas en inglés), adopta una posición contraria a la de la IARC. Cito la opinión de la OMS y la FAO y traduzco para que no queden dudas:

In view of the absence of carcinogenic potential in rodents at human-relevant doses and the absence of genotoxicity by oral route in mammals, and considering the epidemiological evidence from occupational exposures, the Meeting concluded that glyphosate is unlikely to pose a carcinogenic risk to humans via exposure from diet (FAO/WHO, 2016, p. 24).

En vista de la ausencia de potencial carcinogénico en roedores a dosis relevantes a los humanos y la ausencia de genotoxicidad vía ruta oral en mamíferos, y considerando la evidencia epidemiológica de exposición ocupacional, la Reunión concluyó que es improbable que el glifosato represente un riesgo carcinogénico a los humanos vía exposición dietética.

Así que la posición oficial de la OMS hasta el día de hoy, mediante el cúmulo de evidencia que se ha obtenido (decenas de miles de estudios por décadas), es que el glifosato no representa un riesgo de cáncer para los seres humanos.

Y no solo la OMS difiere notablemente de su rama, sino que todas las agencias de salud y ambientales importantes del mundo, sin excepción, difieren radicalmente de la monografía de la IARC y en ocasiones señalan serias deficiencias metodológicas. Entre estas deficiencias se pueden constatar omisión de estudios privados, omisión de estudios públicos, la manera en que manejaron los resultados estadísticamente no significativos, entre otros (e.g. BfR, 2015; EFSA 2015, Tarazona et al., 2017; ver otras críticas por parte de científicos en Williams et al., 2016). Para un análisis de la monografía de la IARC en este blog, pueden ir a este enlace.

Para complicar más la situación, gracias a un reportaje de Reuters, en uno de los juicios contra Monsanto, se supo que en el periodo en el que se reunieron los miembros de la IARC para evaluar la genotoxicidad del glifosato, uno de sus miembros llamado Aaron Blair ya había visto los resultados de un estudio de cohorte importante que, años después, se publicó en la Journal of the National Cancer Institute (Andreotti et al., 2018). Este estudio forma parte del programa de la Agricultural Health Study (AHS) de la National Institutes of Health de los Estados Unidos (NIH). Los científicos que trabajaron en él siguieron a un total de 54,251 usuarios de herbicidas, de los cuales 44,932 (82.8 %) frecuentaban el uso del glifosato. Este último grupo se dividió en cuatro: aquellos que lo aplicaban por un periodo de 5 años, otro de 10 años, otro de 15 años, y otro de 20 años. El resultado fue que no había correlación alguna entre el tiempo de exposición al glifosato y las incidencias de cáncer, incluyendo el LNH.

Blair no le mostró esta evidencia al grupo del IARC porque, como todavía no se había publicado, no se podía tener en cuenta para la conclusión de la monografía. Y admitió abiertamente que, si se hubieran incluido los datos de la AHS, la conclusión de la monografía hubiera sido distinta.

Otro indicio de que realmente no hay vinculación alguna entre las emisiones y la ingestión de glifosato (vía nuestros alimentos) con el cáncer, y específicamente con el LNH, es que no hay correlación alguna entre una cosa y la otra. Por ejemplo, la cantidad de glifosato que se rocía en Estados Unidos ha estado aumentando por años.

Aumento del uso del glifosato en Estados Unidos
Aumento del uso del glifosato en Estados Unidos (Benbrook, 2016, p. 8).

Esto significa que los animales y seres humanos en Estados Unidos han estado ingiriendo más glifosato en sus alimentos. Aun con eso, la tendencia general de incidencias y muertes de cáncer ha estado disminuyendo desde hace más de una década, aunque ha aumentado recientemente debido a un incremento de cáncer de próstata en los hombres (no asociado al glifosato) y un aumento de cáncer de seno (tampoco asociado al glifosato).

Tendencias de incidencias de cáncer y mortandad por cáncer 2024
Tendencias de incidencias de cáncer y mortandad por cáncer 2024. (Siegel, Giaquinto, & Jemal, 2024). Licencia: CC-BY-ND-NC 4.0 Int.

En cuanto a la LNH, enfermedad que la IARC “ha vinculado” con el glifosato, los casos han ido disminuyendo tanto en incidencia como en mortandad.

Incidencias y mortandad por linfoma no hodkiano, cifras del 2024
Estadísticas de linfoma no hodgkiano. Datos de la National Cancer Institute, del NIH.

En resumen, ni la OMS, ni ninguna otra agencia de salubridad y ambiental del mundo apoya las conclusiones del IARC. El consenso científico en torno al glifosato, según el cúmulo de estudios, y las revisiones científicas y metaanálisis recientes, es que no conduce a cáncer, ni al LNH. (Andreotti et al., 2018, Chang & Delzell, 2016; Kirman et al., 2022).

Ahora bien, que el glifosato no sea cancerígeno o, en general, inofensivo para los seres humanos, no significa que en algunos aspectos no haga daño. La exposición directa al herbicida puede causar daños a los ojos, irritar la piel y a los ecosistemas acuáticos (ya que persiste en el agua más tiempo que en tierra), no solo por el ingrediente activo, sino también por los surfactantes en productos como Roundup® y otros. Además, debe prevenirse el abuso del glifosato, ya que es bien conocido que han aumentado en muchos lugares las malezas resistentes a este herbicida. Por eso, si se va a asperjar glifosato por muchos lugares, se tienen que seguir las regulaciones establecidas por las distintas agencias del gobierno federal y cumplir con las leyes locales.

Lo que sí advierto es que si se quiere impedir que LUMA use el glifosato, que es bien barato y bien efectivo en general, implicará que tendría que invertir en herbicidas más caros, o más tóxicos, o demasiado volátiles, o menos efectivos, o alguna combinación de las anteriores. Sustituir el glifosato no es fácil, y si se da esa prohibición, no solo la población tendrá que aguantar las emisiones de herbicidas más tóxicos, sino que el aumento del costo del manejo de vegetación aumentará … ¡Y adivinen a quiénes les van a facturar ese costo adicional!

Los herbicidas que sí son altamente tóxicos

Una persona sosteniendo un letrero de peligro por presencia de veneno

Los cuatro herbicidas mencionados por la periodista López Cabán que todavía no se permiten asperjar en Puerto Rico son altamente tóxicos, son carísimos, y se utilizan cuando las opciones más inocuas no funcionan. Estos pesticidas que necesitan licencias para ser usados en nuestro suelo son:

En este sentido, si se llegan a autorizar estos herbicidas para el manejo de vegetación, es bien importante que el gobierno estatal se cerciore de que se administre de acuerdo a las especificaciones de las regulaciones federales.

Conclusión

El reportaje de Jay Fonseca y lo que continúa escribiendo en línea desemboca en un alarmismo exagerado e innecesario para el pueblo de Puerto Rico. El plan de LUMA (hasta donde me he podido percatar) no incluye asperjar químicos relacionados con el Agente Naranja. Esto es un grave error e incomprensión por parte de Fonseca (al menos López Cabán es más cuidadosa en ese aspecto). En resumen, podemos decir varias cosas:

  1. El glifosato en sí es virtualmente inocuo y no hay razón para alarmarse por su uso. En fin, si nuestro enfoque es en su capacidad de ser cancerígeno, la realidad es que el consenso científico hasta ahora avala que no lo es, según los estudios más rigurosos que se han hecho hasta el momento.
    .
  2. El picloram nunca ha sido un ingrediente del Agente Naranja y es marcadamente inocuo.
    .
  3. No importa si los productos contienen ingredientes activos que sean relativamente inocuos o si son altamente tóxicos, hay que velar que LUMA proceda con el debido rigor, precisamente para evitar y limitar lo mejor posible la exposición de estos herbicidas a la población en general y de la mayor parte de los ecosistemas en Puerto Rico.

Apéndice: ¿Qué realmente ocurrió con el Agente Naranja en Vietnam?

Profesora Nguyen Thi Ngoc Phuong con niños deformes debido al uso del agente naranja en Vietnam
Profesora Nguyen Thi Ngoc Phuong con niños deformes y enfermos debido al uso del agente naranja en Vietnam. Foto cortesía de Alexis Duclos. Licencia: CC-BY-SA 3.0 No portada.

El Agente Naranja fue, sin dudas, muy efectivo a la hora de intoxicar los árboles y las plantas para revelar dónde estaba el enemigo. Sin embargo, en el proceso, se subestimó la presencia de una toxina que crearía un desastre para los veteranos estadounidenses, y les dejaría una cicatriz en los vietnamitas de aquel momento y de hoy día.

Durante la Guerra Fría, en los años 50 y 60, Dow Chemical, Hercules Inc., Monsanto, y otras compañías, estuvieron asociadas al ejército de Estados Unidos para producir algún tipo de herbicida efectivo para fines militares. Una de estas fue el Agente Blanco, que discutimos en secciones anteriores. Sin embargo, ante la inefectividad de este, se procedió a usar el Agente Naranja.

Las compañías lograron crearla al mezclar dos pesticidas muy empleados en esa época, el 2,4-D y otro llamado 2,4,5-triclorofenoxiacético (2,4,5-T).

Representación del 2,4-D
Representación del 2,4-D.
Representación de 2,4,5-T
Representación de 2,4,5-T.

Los dos herbicidas eran relativamente inocuos o de impacto mediano, por tanto, en principio, no se esperaba ningún desastre para la población vietnamita, excepto la deforestación y el efecto en algunos ecosistemas.

No obstante esta convicción, tan temprano como 1952, Monsanto le hizo saber al ejército que en la fabricación de la mezcla, se estaba colando otro químico peligroso: el 2,3,7,8-tetraclorodibenzo-p-dioxina (TCDD) y que usualmente acompañaba al 2,4,5-T, aun en cantidades ínfimas (Shuck, 1987, pp. 16-20).

Representación de una molécula de TCDD
Representación de una molécula de TCDD.

La TCDD es el químico que creó el desastre. Es una sustancia bioacumulativa que se le ha correlacionado con problemas de teratología, abortos espontáneos, espina bífida, problemas neuronales, disrupción endocrina, problemas del sistema nervioso, etc. No es causante directo del cáncer, pero sí puede serlo en altas dosis y en combinación con otros químicos. La evidencia es equívoca en cuanto a otras enfermedades que han mostrado los vietnamitas, y se requieren estudios más abarcadores.

La TCDD era consecuencia de la síntesis del 2,4,5-T y se encontraba presente en el Agente Naranja como un subproducto. Aun sabiendo este detalle, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos decidió utilizarlo en Vietnam, aun cuando se le había advertido de los potenciales daños mucho tiempo antes. De hecho, el 2,4,5-T tampoco se deja atrás. Este sí que es un conocido cancerígeno y tiende a persistir en el medioambiente. Estados Unidos y Canadá terminaron el uso de ese herbicida para la producción de alimentos y otros fines.

Para más información, consulten los libros y artículos en la sección de “Referencias”, que contienen mucho más datos sobre este tema.

Solo una cosa puedo asegurar: el picloram no tuvo nada que ver con la catástrofe del Agente Naranja en Vietnam.

Referencias

Andreotti, G., Koutros, S., Hofmann, J. N., Sandler, Dale P. Lubin, J. H., Lynch, … Freemanm, L. F. B. (2018, mayo). Glyphosate use and cancer incidence in the Agricultural Health Study. Journal of the National Cancer Institute110(5): 509-516. https://doi.org/10.1093/jnci/djx233

Benbrook, Charles. (2016, 2 de febrero). Trends in glyphosate herbicide use in the United States and globally. Environmental Sciences Europe, 28(1), 3. https://doi.org/10.1186/s12302-016-0070-0

Bundesinstitut für Risikobewertung (BfR). (2015, 28 de septiembre). Assessment of the BfR concerning epidemiological studies on carcinogenic effects of glyphosate in the context of the EU active substance review. https://www.bfr.bund.de/cm/349/assessment-of-the-bfr-concerning-epidemiological-studies-on-carcinogenic-effects-of-glyphosate-in-the-context-of-the-eu-active-substance-view.pdf

Brookes, G., Taheripour, F., & Tyner, W. E. (2017). The contribution of glyphosate to agriculture and potential impact of restrictions on use at the global level. GM Crops & Food8(4), 216–228. https://doi.org/10.1080/21645698.2017.1390637

Chang, E. T., & Delzell, E. (2016, 2 junio). Systematic review and meta-analysis of glyphosate exposure and risk of lymphohematopoietic cancers. Journal of Environmental Science and Health. Part B., 51, 6, 402–434. https://dx.doi.org/10.1080%2F03601234.2016.1142748

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Danchi, H. & Chen. R. J. (2024, enero). Agent Orange toxicity. En StatPearls (Internet). StatPearls Publishing. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK594243/

U.S. Environmental Protection Agency (EPA). (s.f.). Picloram. https://ordspub.epa.gov/ords/pesticides/f?p=CHEMICALSEARCH:3::::1,3,31,7,12,25:P3_XCHEMICAL_ID:3415

EPA. (2016, agosto). Review of the Evidence Relating to Glyphosate and Carcinogenicity. https://www.epa.govt.nz/assets/Uploads/Documents/Everyday-Environment/Publications/EPA-glyphosate-review.pdf.

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